En los años 60, Madeleine abandona París para reunirse en Praga con su nuevo marido. La llegada de los tanques rusos en la primavera del 68 coincide con la separación de la pareja y el retorno a Francia de la joven. En los 90, Véra , la hija de Madeleine, se enamora en Londres de un chico que no corresponde a sus sentimientos.