En un pequeño pueblo del Marruecos español, el viejo Ricardo, que regenta un café, vive con su hija Conchita. Ella cree que Ricardo es su padre. En realidad, la acogió cuando tenía dieciocho meses en un aduar abandonado durante la conquista. Un día un jefe bereber, Tamar, ve a Conchita, le dice que ella es de su tribu y quiere llevársela. Ella lo rechaza y luego acepta, sólo para descubrir que la civilización musulmana es incompatible con la formación cristiana que recibió. Ella escapa y logra obtener el perdón de Tamar. Un funcionario francés del Servicio de Inteligencia se ofrece a recogerlo.